Sin duda, de todos los viajes que hemos hecho en formato Juntos Pero No Revueltos este ha sido el más “Juntos y Revueltos”. Me explico. Ninguno de mis viajes había reunido a 36 viajeros como en este caso. Pero lo cierto es que, si en otros destinos podría parecer un número excesivo para organizarnos, en este caso no lo es, ya que para visitar de forma segura Egipto, hay que ir en viaje organizado.
Contraté todos los servicios solo para nosotros. Hicimos la ruta habitual pero en viaje privado. UN ÉXITO.
Los 4 días que se pasan en el crucero, para mí, son los mejores. Un barco de lujo con unas 60 habitaciones muy confortables, sin aglomeraciones. El paisaje alrededor del Nilo invita a relajarse y se disfruta mucho el tiempo que se pasa abordo.
Hay dos formas de hacer el crucero, da Asuán a Luxor o de Luxor a Asuán. Yo me decanto por la segunda, así terminas en Abu Simbel y la experiencia va “in crescendo”. Las visitas siempre son similares, todas ellas realmente impresionantes: Los Templos: Karnak, el Deir El-Bahari , Edfu (el mejor conservado) y Kom – Ombo. El Valle de los Reyes con más de 60 tumbas que acogieron las momias reales. Entre un templo y otro vimos muchas más cosas como el paso por la esclusa de Esna, un paseo en faluca por el Nilo, la Presa de Asuán, la visita al Pueblo Nubio y sólo para los más intrépidos, un paseo en calesa por la ciudad de Asuán.
Y, sin querer estropear la sorpresa, no puedo dejar de mencionar la noche más divertida de todas. La Fiesta de las Chilabas. Todos los barcos la hacen y es francamente divertido maquillarse, vestirse, ir de un camarote a otro pidiendo algo que te falta… y por supuesto, los bailes después de cenar. No la olvidaremos.
Sinceramente, me cuesta definir esta ciudad. No me resulta demasiado amigable por su increíble caos. Cuando ves el tráfico desde la habitación del hotel, te preguntas cómo no hay miles de accidentes cada día. Pero, curiosamente, una vez que llegas al lugar al que vas, te sientes cómodo.
Estuvimos dos días. Uno, imprescindible, dedicado a las Pirámides de Giza, pasamos la mañana completa). Fue un acierto almorzar en un lugar alejado del bullicio, una especie de cortijo, en el que pudimos comer todo lo que quisimos.
Era como estar en casa de esa tía que te pregunta 5 veces si quieres repetir!!! Esa tarde aprovechamos para conocer otro imprescindible: El Gran Bazar, Khan El Khalili. Merece la pena ir sin prisas para poder disfrutarlo.
En una especie de “corrala” hay un tipo muy curioso al que llaman Jordi. Vivió un tiempo en España y tiene una estrechísima tienda con precios muy muy baratos en los que podéis comprar los típicos souvenirs. Os ofrecerá agua o un refresco gratis mientras os cuenta sus “batallitas en España”. Preguntar por él, todo el mundo lo conoce.
El día siguiente gestionamos con nuestro querido guía un tour para ver todo lo que nos faltaba: El Barrio Copto, la Ciudadela de Saladino, la Mezquita de Mohamed Ali, conocida como la Mezquita de Alabastro y por supuesto El Museo Egipcio. Le sacamos muchísimo partido al día.
En una semana solo hay tiempo para esta ruta pero, si vuelvo, me gustaría conocer: Alejandría y su nueva biblioteca, un ambicioso proyecto cultural que puede albergar 20 millones de libros. Y probaría una de las playas en el Mar Rojo para descansar después del ajetreo y bucear por arrecifes de coral disfrutando de la gama de vida marina que ofrece este mar.
Ah! Y por supuesto cuando vuelva, espero que esté terminado el nuevo Gran Museo Egipcio. El actual ya no da más de sí y se ha convertido en una parte más del caos de El Cairo. Resulta increíble que una colección de tesoros tan interesante, se tenga que ver de forma tan desorganizada.
Abu Simbel, el templo de Ramses II y el de su esposa Nefertari. Una de las preguntas que me suelen hacer los clientes es si merece la pena el madrugón que hay que darse para ver este templo. Y mi respuesta es claramente SI. Cuando llegas a Asuán, ya has visto templos espectaculares, y estos dos templos excavados en la roca entre los años 1284 y 1264 A.C, enterrados en arena hasta el siglo XIX, son el colofón perfecto para terminar esta parte del viaje. Seguramente las mejores fotos, las harás aquí.
Abu Simbel, el templo de Ramses II y el de su esposa Nefertari. Una de las preguntas que me suelen hacer los clientes es si merece la pena el madrugón que hay que darse para ver este templo. Y mi respuesta es claramente SI. Cuando llegas a Asuán, ya has visto templos espectaculares, y estos dos templos excavados en la roca entre los años 1284 y 1264 A.C, enterrados en arena hasta el siglo XIX, son el colofón perfecto para terminar esta parte del viaje. Seguramente las mejores fotos, las harás aquí.· Repetir y quedarme con la boca abierta como la primera vez. Había hecho este mismo viaje hace unos años y pensé que ya no sería lo mismo. Sin embargo, sitios tan espectaculares nunca dejan de impresionarte.
· He tenido la fortuna de encontrarme guías excelentes en mi vida, pero en esta ocasión la palabra guía se queda corta. Nos acompañó Walid Badr, una persona carismática, cultísima y con una predisposición más allá de lo profesional. Consiguió incluso que fuéramos a Abu Simbel cuando no había casi ningún otro turista. Fue nuestro guía y es ya un gran amigo.
· La seguridad en el Cairo. En todo momento las autoridades sabían dónde estábamos y en todas las visitas fuimos escoltados por un amable Seguridad armado.
· El espectáculo de luces y sonidos de las Pirámides. Era un poco reacia a hacerlo, pero más allá de que te guste o no la puesta en escena, ver las pirámides sin gente, ya es un lujo.
✓ – Algunos días de la semana hay vuelos directos a España – Luxor. Así evitaréis tener que hacer escala en El Cairo el día de llegada. Si tenéis flexibilidad de fechas, tenerlo en cuenta.
✓ – La experiencia en el barco es de lo mejor de este viaje. Merece la pena pagar un poco más por uno de categoría lujo, os alegraréis. Y si es posible, solicitar camarotes en la parte delantera, hay menos ruido de motores y descansaréis mucho mejor.
✓ – Siempre me gusta dejar tiempo libre para que cada uno disfrute a su aire, pero no es una opción recomendable en El Cairo. Mejor coger un tour o un guía que os lleve a los sitios más emblemáticos. Aunque parezca exagerado, algo tan normal como cruzar una avenida puede suponer un gran riesgo.
✓ – La larguísima Historia de Egipto, con sus Imperios y Dinastías; el elevado número de años en construir cada monumento puede hacer que uno se pierda con las fechas y todo sea confuso. Os ofrezco un mapa mental (hecho por mi) en el que en una sola página tendréis toda la información resumida. Llevarlo encima será de gran ayuda. Escribirme a viajes@ninescalle.com y os lo envío con mucho gusto.
Una de las excursiones opcionales es visitar un Pueblo Nubio. Puede parecer un “turisteo”, pero muchas de las personas que viven allí son realmente entrañables. Si vais un día que hay clase podréis compartir un ratito en la escuela con los niños. Pero, aunque no haya clase como sucedió en esta ocasión, la experiencia de recitar los números en nubio con un maestro es de lo más divertido. Si quiero esbozar una sonrisa, solo tengo que ver el vídeo de mis 35 viajeros gritando, cual colegiales de guardería, “we, owi, toski…”
Hablar de un viaje a Egipto es hablar de uno de los grandes anhelos que cualquier viajero pueda soñar. Recorrer el mayor río de África, sagrado y venerado en el antiguo Egipto, es una experiencia única e inolvidable y contemplar los grandes templos, las pirámides, los tesoros del Museo…, es una experiencia que sobrecoge.
Pero no todo es monumentalidad que abruma. Hubo tiempo para maravillarse con la belleza de sus paisajes, los inigualables atardeceres desde el barco, la serenidad del río, el observar la vida de sus fértiles orillas, el carácter de sus gentes, es en definitiva un viaje a través de los sentidos por la historia, por el propio origen de nuestra civilización.
Como en todo viaje, los recuerdos no solo están llenos de estampas e imágenes de los lugares visitados, también lo conforman las personas que te acompañan, compartir sus experiencias, sus anécdotas vitales…fue todo un placer. También destacar al maravilloso guía que nos acompañó e iluminó con sus conocimientos y explicaciones, siempre atento y servicial.
Por último, agradecer a la organización del viaje que no pudo ser más acertada, lo que hizo que toda la estancia fuera tranquila, amena, divertida y despreocupada de las habituales cuestiones logísticas. En resumen, imborrable experiencia difícil de reproducir si no se ha tenido la posibilidad de contemplarlo con tus propios ojos.
Sergio, Rosana, Alberto y Guadalupe