Antes de conocer este país uno puede pensar que eso de Pura Vida suena a “slogan fácil” pero cuando lo conoce se da cuenta de que esas dos palabras van mucho más allá, son una filosofía de vida, el arte del buen vivir, el apego a la humanidad, la exuberancia, la felicidad, el optimismo y el bienestar.
En 2019 ocupó el primer puesto como el país más feliz del mundo según el Happy Planet Index y quizás sea porque una cuarta parte de su superficie la componen más de cien parques naturales y reservas que transmiten algo difícil de definir con palabras.
Dejándome llevar por esa idea de país feliz, decidí este destino para empezar el año 2020. Nos fuimos un 29 de Diciembre y regresamos el 8 de enero.
Lo difícil cuando uno va a este país es cuadrar los días disponibles con las zonas que quieres visitar. Yo elegí lo que me parece imprescindible en una visita de 10-12 días. 4 zonas diferentes que, aunque no están muy alejadas físicamente, sí lo están en términos de tiempo. La red de carreteras es aún una tarea pendiente y algunos lugares muy turísticos están unidos por caminos de tierra aptos más bien para todoterrenos o conductores muy avezados.
Toda una odisea llegar hasta allí. Hay que salir por la mañana de San José y el autobús te deja en un embarcadero. Las maletas irán en una barca y los pasajeros en otra. Un buen trecho por canales en los que uno se va haciendo a la idea de lo que le espera: la mayor biodiversidad del mundo. Más de 400 especies de aves, además de monos, perezosos, ranas, iguanas, peces, cocodrilos, manatíes, pumas. Y por supuesto tortugas. Mi recomendación es coger un kayak para poder adentrarte en la naturaleza más pura y disfrutar de una experiencia única.
La temporada de anidación de las tortugas va de marzo a octubre. Los mejores meses, que a su vez son temporada alta en Tortuguero, son julio y agosto. Nosotros fuimos en diciembre y puesto que estábamos allí en Fin de Año decidimos celebrarlo 2 veces, cuando eran las 00:00 en España y 7 horas después, en la media noche costarricense. Por supuesto con cava, uvas y un bonito cotillón!!!
Podría parecer un sitio un tanto prescindible pero hay 3 razones que confirman que fue una buena elección pasar dos días allí.
La primera, la preciosa (y un tanto exigente) ruta de senderismo que hicimos en el volcán. Elegimos el Sendero El Ceibo, una ruta circular que comienza en zonas de selva y atraviesas las coladas de lava hasta llegar al Cerro el Chato y el Lago. Merece la pena alejarse del grupo y caminar solo para escucharte, para sentirte parte de la naturaleza.
La segunda, es darte el lujo de bañarte en las piscinas naturales, las de Tabacón y las de Baldi son muy recomendables. Decenas de piscinas a diferentes temperaturas rodeadas de exuberantes jardines. Perfecto para relajar el cuerpo después de nuestra ruta.
La tercera es más que nada operativa. Ir de Tortuguero a Monteverde en el día es prácticamente imposible. Así que mejor hacer parada aquí. Hay que salir por la mañana de San José y el autobús te deja en un embarcadero. Las maletas irán en una barca y los pasajeros en otra. Un buen trecho por canales en los que uno se va haciendo a la idea de lo que le espera: la mayor biodiversidad del mundo.
Cuando llegas al minúsculo pueblecito de Santa Elena piensas si realmente han merecido la pena las 4 horas de viaje que llevas con unos 30 km de baches imposibles que pondrán a prueba tu espalda. Pero, solo hay que avanzar un poco más y llegar a la Reserva Bosque Nuboso para que se te olviden todos los males!
El paseo por los espectaculares Puentes Colgantes, viendo árboles gigantes entre la niebla y topándote con coatíes, perezosos, ranas de ojos rojos, insectos palos, mariposas de colores o el esquivo quetzal, es una imagen que te quedará para siempre en la retina. Para poder ver estos animalitos, lo mejor es contratar un guía. Donde tú no ves nada al principio, ellos los encuentran con facilidad. Con sus prismáticos podrás disfrutarlos de verdad.
Nos habíamos quedado emocionados con la experiencia, pero aún faltaba lo mejor. Nos animamos a hacer Canopy, un recorrido por 13 tirolinas, 4 kilómetros de recorrido por encima de los altísimos árboles. Por supuesto, ya que nos poníamos queríamos hacerlo todo, incluido el Superman!!! Me sentí volar, cantaba de alegría, chillaba y mi sonrisa tardó horas en quitarse de la cara. No es que yo sea una loca intrépida, algunos de mis viajeros con vértigo se animaron a hacerlo y también lo disfrutaron muchísimo. Es una gran experiencia para vencer miedos.
Después de estos días era difícil sorprenderse. Pero solo hay que llegar al Parque Natural Manuel Antonio para volver a resurgir. No solo por el Parque en sí, sino por la combinación de la naturaleza con unas kilométricas playas de arena, en la costa del Pacífico que parecen sacadas de un anuncio de televisión.
Pasar el día en esta playa el día de Reyes fue nuestro mejor regalo y el colofón de este magnífico viaje.
Lo haría en formato Fly & Drive con un buen 4×4, para poder disfrutar más de cada sitio. No resulta caro, excepto los seguros, pero creo que sería una buena opción.
También iría a bucear a Isla del Coco, uno de los sitios preferidos por los biólogos marinos de todo el mundo por sus miles de especies de peces, tiburones y cetáceos. Es Patrimonio de la Humanidad.
Hacer Canopy en alguna de las zonas habilitadas para ello. Mi recomendación es Selvatura Park en Monteverde.
La conciencia Eco de sus habitantes. Apenas se puede fumar en ningún sitio, está muy vigilado y penado por ley, incluso en sitos abiertos. Es un buen destino para dejar de fumar.
En algunos Resort / hoteles no había ventana para cerrar. Solo mosquiteras y se escuchaban todos los ruidos de la noche, entre otros los monos aulladores. Me alegré de haber recomendado a mis viajeros que llevaran tapones para los oídos.
Difícil elegir uno, pero no olvidaré el “momento yoguini” al atardecer en el Pacífico en el Parque Manuel Antonio.
✓ – En las barcas de Tortuguero no os sentéis en la última fila. Salí con los pantalones y el bolso empapados.
✓ – Si vais a las piscinas naturales de Volcán Arenal, llevad el bañador y poco más o no sabréis que hacer con vuestras cosas. Hay taquillas pero son pequeñas y no precisamente baratas.
✓ – Quizás sorprenda que no haya hablado de la capital, San José. Pero lo cierto es que no es precisamente lo mejor de este país. A no ser que el vuelo os haga permanecer allí hasta poder enlazar con el siguiente destino, yo no perdería un día con todas las maravillas que ofrece el resto del país.
Al pensar en el viaje a Costa Rica la felicidad me invade! Pero si recuerdo algo muy muy especial es haber vivido un día MÁGICO con mayúsculas en mi Aventura en La finca Mulguri.
El último día contaba con la mañana libre, y entre las opciones que había, decidí ir a montar a caballo. Nadie del grupo parecía animarse, sin embargo, no fue excusa para ir yo sola y adentrarme en un paraje de cuento acompañada solo por el guía y el caballo! Cascadas de película, selva tropical, aromas a cacao, canela y vainilla. Al final de la jornada compartí mesa con los campesinos de la finca y sentí como acontece la vida en completa armonía con la naturaleza.
Amparo Plaza